martes, 23 de noviembre de 2010

Una semana devastadora.

Tras la marcha del Sr. Rucheces al otro lado del charco, la Sra. Racho y su vástago pasaron unos días solos y apacibles en la ciudad difícil de pronunciar.

Hicieron pasta de modelar, (demasiado pronto) que solo sirvió para practicar muerte y destrucción, llenarse de harina hasta el último de los pelos y almidonarse los ropajes. (Para muestra, un botón).

Después un viaje en avión no falto de aventuras, con pelotillas de caca en los bombachos golpeando sin cesar los talones. Al grito de "tengo el pito grande, mama ponmelo pequeño" en mitad del avión, llegaron a Santiago donde toda la familia estaban esperando impacientes la llegada del 'Unico (único sobrino, único nieto..) e inigualable Nicolás.

Lo que comenzó siendo una placentera y  tranquila  semana familiar (Una vez mas , la muerte de la abuela Celia se convirtió en una celebración por lo que fue y por lo mucho y bueno que nos dejo) acabo en una estresante estancia de falta de sueño y mal humor para la Sra Racho. Para el "Unico",  en cambio fue locura, diversión, atención, juego, risa y excitación.

Nicolás,  el rey de la casa y de las nuevas tecnologías táctiles. La Sra. Racho, insomne en un intento forzado (e inútil) de ser creativa. Todo ello aderezado por Kg. de vomito y litros de mierda que la obligaron a dejar la cama en mitad de las noches mas veces de lo que le hubiera gustado.

Resultado: una vuelta de pesadilla cargada de ceños fruncidos y cejas levantadas  y la desesperación total del príncipe destronado que ve como es despojado de su reino y sus vasallos sin razón ni explicación. Que dura es la realidad.

Después, hecatombe, lloros, gritos, desesperación; seguidos de descanso, cuidados,  pata de cerdito y solomillo de buey. Actividad frenética pero relajada. Espera contenida. Donde esta el Sr. Rucheces? que vuelva ya. Necesitamos calor, abrazos, besos, comprensión.

Lo queremos.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Niu York, niu York

Pues ya llevo unos días aqui, y la verdad es que no he tenido tiempo para contar nada. Y lo peor, es que tampoco tengo nada que contar, porque mi vida se ha reducido a madrugar, ir a la Uni, currar, comer, seguir currando, volver a casa, currar, cenar, hablar, y dormir. No he visto nada de los alrededores, ni hecho nada exotico. Así que tampoco sé que puedo contar yo para entretener a la monoaudiencia.

Aun así, voy a hacer un despliegue de verborreica dicción. Esto me recuerda un poco a los pueblecitos de carretera por Big Sur. Recuerdas el motel cerca de Julia Pfeiffer State park, con casitas de luces de neón? Pues una cosa asi, todo el rato. Pero hace muuuucho más frío. Eso si, las hojas de los árboles tienen ese color amarillo/rojizo que tanto me gusta. Además, salvo por el frío he tenido bastante suerte con el tiempo. Y es una lástima, porque soy un mendrugo y no llevo la cámara de fotos para poder inmortalizar el paisaje. Hasta hoy, que se puso a llover... Espero que no dure mucho.

Bueno, mañana ya es viernes, y espero que el fin de semana traiga algo mas de diversión y distracciones. Así podré contar algo que sea más interesante. Y si mejora el tiempo, podré hacer alguna foto y enseñartela!

Abrigate bien, y descansa. Que Nico no se desmadre demasiado, que luego la vuelta a Sabadell se hace muy dura. Y ya. No se me ocurren más consejos de padre distante para darte.

Bicos
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