miércoles, 1 de diciembre de 2010

una bestia

Hoy me he vuelto a quedar maravillado ante la naturaleza del vástago (que digo vástago? Bestiajo!!!) . Algunas veces me recuerda tanto a su madre en los mejores tiempos, que asusta. Y hoy, hemos pasado miedo. En particular, a la hora de cenar. Lo que parecía sería una tranquila cena, con una butifarra y un poco de arroz, se convirtió en toda una exibición de lo que el carracho era capaz de hacer. Hace unos días le habíamos dado a probar la butifarra, y obviamente le había gustado. Parece ser, que además se le quedó marcado. Así que empezamos a comer alegremente, y poco a poco se fue desvelando el lado oscuro de Mico... "me das otro pedacitoooo??", "quiero tres!", "no te comas ese pedacito, es mio!". Total, que la criatura ha vuelta a cenar tanto como sus dos progenitores juntos!! No es la primera vez, pero hoy lo que realmente me asustó no fue el brillo en sus ojos, ni la imparable constancia con que acumulaba carne en las carrilleras... no. Lo que me asustó es ver cómo no cejaba en su desmedida gula hasta que el último pedacito de butifarra desaparecía del plato: daba igual que el plato fuese suyo o de otro, y daba igual que se lo comiera él o cualquier otro. Lo importante es que, así reventase, no podía dejar nada en el plato. Eso mismo lo he visto, a este nivel, sólo en otro ser humano. Tiemblo! Necesitaré buscar otro empleo para poder dar de comer al retoño en los proximos años...

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...